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Podar durante el periodo de latencia de la vid es una práctica crítica dentro del sistema de producción de la uva. La poda se realiza para mantener adecuadamente los sistemas de guía de la planta de vid. Esta práctica permite que el productor seleccione las maderas o cañas de fructificación, y también sirve para manipular potencialmente la cantidad de fruta que se producirá.
Después de que una planta joven de vid ha sido guiada y todas las estructuras permanentes de la planta se han desarrollado, la poda anual debe realizarse durante la estación de latencia (poda de latencia) para remover las cañas (canes) y las espuelas (spurs) de fructificación del año pasado (que ahora tienen dos años de edad) así como para remover el exceso de cañas que solo tienen un año de edad.
Debido a la manera en la crecen las vides y producen la fruta, los productores deben realizar podas anualmente. La fruta únicamente se produce en los retoños de las cañas que tienen un año. Por lo tanto, anualmente deben producirse nuevas cañas sanas y frondosas que sean capaces de mantener la producción anual de fruta.
El sistema para guiar las plantas de vid está diseñado para estimular la producción de nuevas cañas es posiciones especificas de la vid – los brazos o los cordones. La poda debe hacerse de una manera selectiva, el objetivo es remover las cañas que no sean adecuadas para producir fruta y conservar en el mismo proceso, las mejores cañas que producirán la fruta. La selección de las cañas cumple con dos funciones: 1) produce brotes fructíferos para la siguiente temporada, y 2) produce brotes sanos de donde una buena caña de fructificación podrá ser seleccionada durante la siguiente etapa de latencia. En cada brazo de la vid, estas dos funciones pueden ser divididas entre dos cañas: una caña o espuela de fructificación (dependiendo del sistema de guiado y poda que se use) y una caña (espuela) de regeneración. Alternativamente, puede usarse una sola caña de fructificación o una espuela en cada brazo, y retener uno de los brotes de fructificación basales como caña de fructificación para la siguiente temporada.
¿Cuándo debe Podarse?
Vista de los tallos llamados espuelas (spurs) en el momento en el que las yemas se hinchan y brotan.
La poda en el periodo de latencia de la planta de vid puede llevarse a cabo en el periodo comprendido entre la caída de las hojas en el otoño y el rompimiento de los brotes en la primavera. Sin embargo, el decidir cuál es la mejor época para podar depende normalmente de la disponibilidad de trabajadores en la región en donde se encuentra su viñedo. Antes de tomar la decisión de cuando podar, es recomendable también considerar el estado general de la planta. Podar durante el otoño podría incrementar la susceptibilidad de la planta a lesiones provocadas por heladas, lo que podría reducirse si se podara después de este periodo (Wolf and Poling, 1995). En regiones donde el riesgo de lesiones provocadas por el frio sea significativo, podría ser ventajoso posponer la poda hasta después de que pasen las temperaturas mas frías del invierno. Posponer el podado también posibilita la evaluación de lesiones provocadas por el frio y el ajuste de los niveles de podado para compensar las pérdidas por estas lesiones.
Una práctica llamada “podado-doble” es usada algunas veces para evitar las lesiones por las heladas en la primavera. Esta práctica incluye dos podas, la primera durante el invierno, y la segunda una vez que rompen las yemas en la primavera, de esta manera solo se deja número de yemas que se desean. Esta práctica retardará el rompimiento de las yemas que se encuentran cerca de la base de la caña. La poda tardía comúnmente causa que las vides “sangren” en donde se cortaron los tallos, pero esto no causa ningún daño a la planta.
¿Cuánto Podar?
Podado de los tallos llamados espuelas (spur). Crecimiento de los tallos llamados espuelas y de las yemas durante la estación de crecimiento, y el tallo llamado espuela durante la siguiente estación.
Imágenes cortesía de Eric Stafne, Misisispi State University.
Adicionalmente a mantener del proceso de guiado de la vid, la poda reduce la producción de frutos ya que remueve las yemas frutales]].
Variando la cantidad de material vegetativo que se poda durante el periodo de latencia es uno de los métodos que determina el nivel de la producción de uvas. El término “conteo de yemas” (también llamado conteo de nudos o número de nudos) es usado para determinar el número de yemas en periodo de latencia que se conservarán después de la poda. Generalmente, el conteo de yemas considera únicamente a las llevas que tienen claramente definidos los internudos en ambas direcciones (Wolf and Poling, 1995), por lo tanto los nudo basales no están incluidos en este conteo. Las yemas basales, algunas veces llamadas “yemas que no se cuentan”, no se incluyen en el conteo porque frecuentemente estas yemas no producen brotes, y si producen brotes normalmente estos brotes son no fructíferos.
Los productores de uva frecuentemente podan sus vides con la intensión de alcanzar un balance entre la producción de fruta y un adecuado pero no excesivo crecimiento de los brotes o tallos. Incrementado el número de yemas se incrementa el número de brotes o tallos, lo cual, en exceso puede provocar que el dosel (canopy) sea demasiado denso y se incremente el sombreado.
Los niveles de producción también se incrementan cuando el número de yemas aumenta, sin embargo la planta de vid puede que no sea capaz de madurar todos los frutos que emergerán de todos los brotes o tallos. Un gran número de yemas producirá un gran número de brotes o tallos, pero el crecimiento de los tallos se reducirá y como consecuencia de esto, el número de clústeres por tallo será menor (Coombe and Dry, 1992).
El podado excesivo – conservado muy pocas yemas – provocará que la producción de fruta sea limitada. La remoción de yemas frutales reducirá la cosecha, ya que el número de brotes o tallos será menor. Cuando existen pocos rebrotes o tallos en relación a capacidad de crecimiento de la planta de vid, la vid compensará este déficit aumentando el vigor de los rebrotes o tallos restantes, produciendo un excesivo crecimiento lateral de la planta y estimulando el desarrollo de rebrotes en yemas secundarias y terciarias así como de yemas latentes. La consecuencia de esto será la presencia de doseles o canopies sobre cargados, lo que provocará un medio ambiente muy pobre para la maduración del fruto.
Estrategias de Podado
Porque la poda afecta directamente el número de brotes o tallos y potencialmente afectará el nivel de producción de la vid, es comúnmente la práctica de manejo más importante del año. La poda afecta directamente el balance y el desarrollo de la planta de vid. Como consecuencia de esto, el concepto de balance del desarrollo en la planta de vid es la base de la mayoría de las estrategias de podado.
En algunas regiones donde se cultiva la vid, los productores utilizan fórmulas de balance del podado para decidir el número de yemas que conservaran en cada una de las plantas de vid. El conteo de yemas se basa en una estimación del peso de las cañas que se podan –peso de poda.
Por ejemplo, la formula [20 + 10) indica que 20 yemas deben conservarse cuando se poda la primera libra de “peso de la poda”, también indica que deben conservarse 10 yemas más por cada libra adicional de cañas que se pode. Una planta de vid con un “peso de poda” de 3 libras podría retener [20+10+10 = 40) yemas.
Wolf and Poling (1995) recomiendan una formula de podado [20 + 20] para Chardonnay, Riesling, Cabernet Sauvignon, y Cabernet Franc en la región del Atlántico Medio en los Estados Unidos. Sin embargo estas formulas podrían no ser muy confiables cuando en el verano se realiza algún tipo de recorte o adelgazamiento de brotes o tallos para el manejo del dosel o canopy.
El desarrollar formulas para balancear la poda requiere de un proceso de investigación, sobre todo considerando las variedades que se están utilizando y las condiciones ambientales de la región en donde se localiza el viñedo. Los productores deben tener en cuenta la experiencia de otros productores para definir la mejor estrategia que debe seguir su viñedo.
Otra estrategia de podado que se utiliza considera el concepto del balance de la vid, ajustando los niveles de podado en base a un conteo y a una evaluación visual del crecimiento de la caña, de acuerdo al número de yemas que se conservaron el año anterior. Por ejemplo, una planta de vid que se ve fuerte pero no excesivamente vigorosa puede conservar todas las yemas en su caña. Sin embargo, si algunas cañas de la misma vid o de otra vid están débiles deben dejarse menos yemas para la siguiente temporada. Este procedimiento probablemente no solucione el problema de vides débiles, si es así debe investigarse lo más pronto posible que está produciendo el bajo vigor en la planta.
Si algunas cañas se ven excesivamente vigorosas, esto puede ser una indicación de que el dosel o canopy de la planta se ha dejado crecer demasiado. Probablemente porque se dejaron muy pocas yemas el año anterior. Sin embargo, otros factores deben considerarse antes de determinar si esta es la causa del crecimiento excesivo de las cañas. Otros factores a considerar son el reducido espacio entre las vides para el tipo de suelo en donde está establecido el viñedo, o la excesiva aplicación de fertilizantes. Esta situación pudiera tener remedio conservando un número adicional de yemas para acomodar el exceso de vigor, si hay espacio suficiente en los enrejados.
Si el problema parece ser que el dosel o canopy está demasiado lleno, habrá que buscar otra solución. Una alternativa es conservar uno o más tallo en adición a las cañas de fructificación, estos tallos se conocen con el nombre de “desvió de vigor” o “cañas pateadoras” (kicker canes). Cuando se dejan estas cañas adicionales se les permite que los brotes crezcan en ellas de manera que se desvié el exceso de vigor de la planta hasta un poco antes o después de la etapa de floración. Cuando llega esta etapa (floración) se corta la caña desde la base. Otras prácticas pudieran ser consideradas para reducir el exceso de vigor de las plantas, incluyendo el uso de cultivos de cubierta.
Algunas veces el nivel de poda se decide simplemente considerando cuantas yemas se necesitan para llenar el enrejado, o para alcanzar la densidad de brotes y tallos que se desea por unidad de área. Esta aproximación pudiese ser la adecuada si las plantas han crecido uniformemente, ya que esta alternativa, ignora la variabilidad entre plantas, que en muchos casos pudiese ser significativa. Por lo tanto, utilizar esta aproximación hace muy poco probable que resultados sean los adecuados si hay existe una gran variación en el vigor y en el balance de las plantas en los viñedos.
La meta y el reto es alcanzar el balance entre el nivel de la cosecha y el crecimiento de los rebrotes o tallos. Aunque la poda es muy importante, probablemente no sea suficiente por sí misma para alcanzar el balance de las plantas. Por ejemplo, la variedad Pinot noir que crece al oeste de Oregón frecuentemente necesita que se remuevan algunos frutos o clústeres para asegurar la completa maduración de la cosecha. Este procedimiento no es una consecuencia del manejo inadecuado del dosel o canopy, sino una limitación provocada por la influencia del clima frio que aumenta la cantidad de fruta que la variedad Pinot noir puede madurar. Por lo tanto, es muy común que se realice la práctica de remoción de algunos clústeres en esta variedad en algún punto de la estación para limitar el tamaño de la cosecha a un tamaño que pueda madurar adecuadamente.